Tiempos de crisis

En estos tiempos la crisis se ha convertido en la bestia negra que planea por encima de nuestras cabezas. Esto hace que nos sintamos más inseguros y vulnerables que nunca, sobre todo si el trabajo peligra o el futuro se vuelve incierto. Desde mi posición de psicólogo y , en concreto, como psicoanalista me doy cuenta que el malestar que inquieta al sujeto en lugar de estar a flor de piel, cada vez se encierra más en su interior y se mira hacia otro lado.
Esto se nota en el quehacer diario ya que los pacientes interrumpen el tratamiento sin concluir o piden aplazamientos eternos que no favorecen en absoluto. Es lógico que en estos momentos de incertidumbre el sujeto se piense mucho en que invierte sus ingresos, porque estos se han visto mermados, o porque quiere ir ahorrando por lo que pueda pasar. Pero en muchos casos el malestar que se va reprimiendo puede salir por otro lado y jugarnos una mala pasada. Con estas palabras intento reflexionar en voz alta sobre los motivos que pueden llevar a alguien a aguantar su dolor. Me sorprende la resistencia del sujeto y sobre todo cuando la sanidad pública esta recortando sus servicios y, si en cuestiones de salud mental estaba bajo mínimos, ahora casi no se puede esperar tener una visita sin que pase un considerable tiempo. Lógicamente los tratamientos se hacen eternos e ineficaces, si es que han considerado que el caso es de la gravedad suficiente para ser tratado.
En resumen, quizás es buen momento para plantearse que la inversión por una psicoterapia puede ser la mejor manera de tener un mejor futuro, o al menos más llevadero.

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